Los activos financieros son un instrumento financiero que hace referencia a los valores de los préstamos que reciben los inversores (estos valores son negociables y no suelen tener un valor físico).
Cuando hablamos de activos financieros nos referimos a títulos o anotaciones contables, estos títulos o anotaciones proporcionan el derecho a recibir un ingreso futuro al comprador. Cuando se invierte en activos financieros se adquiere un derecho económico sobre los activos reales y el efectivo que generan los activos financieros.
Hay algunos conceptos que tenemos que tener claros sobre los activos financieros:
Además los activos financieros también se suelen clasificar según su tipo de renta:
Por último se diferencian mucho según el plazo de vencimiento:
La transmisión de activos financieros cuenta con una parte de gastos deducibles, estos gastos están formados por los gastos de administración y de depósito y los gastos de adquisición y enajenación satisfechos (incorporados al valor).
La rentabilidad de la transmisión de los activos financieros se forma de los intereses devengados de los títulos más los rendimientos derivados de su transmisión, amortización, canje o conversión.
La rentabilidad de la transmisión se encuentra en la base imponible del ahorro cuando se realiza la tributación, normalmente está formada por los intereses, dividendos, rendimientos de seguros, rentas de activos de renta fija y ganancias y pérdidas ya bien sea por venta de inmuebles, acciones o instituciones de inversión colectiva.
En general, los rendimientos derivados de las transmisión, amortización o reembolso de los activos financieros originan rendimientos de capital mobiliario y se encuentran sujetos a retención del IRPF al tipo del 19% (en 2020) hasta 6.000 euros y del 21% si la cantidad está entre 6.000,01 y 50.000 euros, y por último si su base líquida es mayor de 50.000 euros tributarán al 23%.
Tenemos que tener en cuenta que si el valor de adquisición es mayor que el de transmisión obtendremos rendimientos negativos, y tendremos que compensar con el saldo positivo de las ganancias o pérdidas patrimoniales. En el caso de que al realizar esa compensación el saldo sigue siendo negativo se contará con un plazo de 4 años para compensarlo.
¿Tenéis pensado invertir en activos financieros? ¿No sabéis cómo llevarlo a cabo? No os preocupéis, nuestros asesores están perfectamente cualificados y preparados para ayudaros en este tipo de momentos en los que podéis tener incertidumbre. Como siempre estaremos encantados de atenderos.
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