Durante el año, los contribuyentes pagan una serie de tasas e impuestos.
Muchas personas suelen utilizar las palabras impuestos y tasas como sinónimos, pero es una utilización errónea. Es necesario conocer las diferencias entre ambos términos ya que muchas personas desconocen las diferencias de ellos, la finalidad que tienen o la razón de ser.
Cuando hablamos de impuestos nos referimos a aquellos tributos más habituales e importantes de nuestro sistema fiscal. La administración pública se sustenta gracias a la recaudación de estos tributos.
Cuando realizamos el pago de estos tributos no recibimos una contraprestación directa sino que van destinados a la financiación de los gastos de la administración pública como puede ser la sanidad o la educación, de los cuales hacemos uso todos los ciudadanos.
Estos impuestos gravan el consumo de un bien o la riqueza de un contribuyente.
Dentro de esta clasificación, podemos dividirlos en dos tipos de impuestos siendo los directos,que se aplican de manera inmediata como a una renta u objeto, e indirectos, que se aplican al consumo o una transmisión.
Podemos encontrar impuestos de ámbito local como puede ser el IBI (titularidad sobre construcciones o terrenos), el IVTM (titularidad de un vehículo), el ICIO (instalaciones, obras y construcciones) o el IVTNU (o comúnmente llamado plusvalía).
La recaudación de estos distintos impuestos sirve para mantener el gasto público que realiza el ayuntamiento.
También encontramos otro tipo de impuestos estatales como es el IRPF o el IVA, los cuales gravan la renta y el consumo.
Las tasas son distintas a los impuestos. Este tipo de gravamen está vinculado a la financiación de un servicio en concreto ofrecido por la administración pública.
Una de las diferencias que encontramos en las tasas con respecto a los impuestos es que no tiene un carácter universal sino que solo realiza el pago el contribuyente que haya hecho uso del servicio.
Algunos de estos tipos de servicios públicos puede ser la recogida de residuos que para poder costear este gasto, los contribuyentes que poseen una vivienda pagan una tasa de basura o residuos urbanos.
Este tipo de tasa tiene que estar vinculado al importe del servicio, es decir, solo podrá recaudar lo gastado haciendo de tal manera que el ayuntamiento no pueda ganar dinero a través de estas recaudaciones.
Podemos encontrarnos otros tipos de tasas como la tasa de vados que solo la pagan aquellos contribuyentes que usan de forma privada un espacio público para poder dar salida a los coches. O la tasa de las oposiciones que solo la pagarían aquellos estudiantes que se presenten a dichos exámenes.
Tanto las tasas como los impuestos se agrupan en un grupo llamado tributos. En este grupo de gravamen también existe una tercera categoría que serían las contribuciones especiales.
Este tipo de gravamen se realiza cuando el contribuyente obtiene un aumento de valor de sus bienes o un beneficio. Se parecen a las aportaciones dinerarias que realizan todos los vecinos de un edificio para mejorar el bloque de viviendas.
Algunos ejemplos que nos podemos encontrar en esta tercera categoría serían los impuestos aplicados tras las obras de mejoras de la calle donde se ubica el inmueble del contribuyente.
De este tipo de tributo se encargan los ayuntamientos si es una obra de carácter local, la comunidad autónoma si es algo que afecte a la comunidad y el gobierno central si es algo del país.
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