Por si no lo sabías, los trabajadores autónomos pueden hacer autofacturas siempre y cuando cumplan una serie de requisitos y en algunas situaciones específicas. Las autofacturas no son más que documentos que la propia persona que compra productos y servicios emite, sin importar que tenga personalidad física o jurídica.
Si no te queda claro qué supone este tipo de factura, se trata de que el propio cliente es quien emite la factura por su compra de productos o servicios a un tercero, en lugar de ser el vendedor quien la emita.
La autofactura, a diferencia de lo que puedan pensar algunos, no te exime de las responsabilidades con la Agencia Tributaria por lo que tendrás las mismas obligaciones que un autónomo que presente facturas convencionales. Si quieres saber más sobre su regulación, puedes consultar el Reglamento de Facturación concretamente el artículo 5.
Este tipo de factura resulta muy útil para algunos casos como son las actividades relacionadas con la chatarra, los materiales de desperdicio o el oro de inversión. Otro caso en el que se utiliza la autofactura es cuando nuestros clientes son grandes empresas, como por ejemplo Google, en el caso del pago de la remuneración de los youtubers.
Existen más casos en los que se emplean las autofacturas como son: algunas situaciones específicas de cesiones de personal de obra y de entrega de bienes de inversión, en las entregas de materiales de reciclaje, en las labores de disminución de contaminantes, etc.
Además de encontrarse en alguna de estas situaciones comentadas, para que el autónomo pueda emitir una autofactura debe cumplir con los requisitos de la Agencia Tributaria sin olvidar el permiso correspondiente de Hacienda y el proveedor de los productos o servicios.
Una autofactura no difiere mucho a la factura convencional, aunque existen una serie de detalles que permiten identificarla y que la hacen diferente a la factura tradicional. Por ejemplo, una de sus características diferenciadoras es que la autofactura incluye los datos del que realiza la operación, que en el caso de que la emitamos nosotros, serán los nuestros.
Por otro lado, no es necesario añadir a este tipo de documento la denominación “autofactura”, sino que debemos añadirle las palabras “factura por el destinatario” o bien “facturación por el destinatario” para identificarla como tal. Además, las autofacturas son independientes de las facturas tradicionales, por lo que su numeración es diferente.
Debemos tener en cuenta que el vendedor no tiene la obligación de repercutir al comprador el IVA, ya que en este caso, la obligación recae sobre este último. Aunque lo que no debe faltar en la autofactura es el porcentaje de IVA que se soporta y registrarlo como repercutido.
Como puedes imaginar, la respuesta es definitivamente sí. Para que el destinatario o un tercero pueda emitir una factura de este tipo a su nombre, debe estar registrado en Hacienda. Ya que como te diría cualquier técnico de Hacienda: “Todo aquel que ejerza una actividad económica, debe registrarse en Hacienda.”
Esto significa que, si bien es tu cliente quien emite la factura por ti, debes haberte registrado previamente en Hacienda con el Modelo 036 o 037 de forma rutinaria, ya que la auto-factura irá a tu nombre.
No olvides que siempre que haya actividad económica, hay recaudación del IVA, por eso hay que declararlo. Como resultado, también puedes deducir el IVA, así como todos los gastos que te correspondan, como cualquier otro autónomo que haga uso de las facturas tradicionales.
Publicado en Laboral